Hemos comentado en el Club de lectura esta excelente obra que mereció el beneplácito de todos los intervinientes en los comentarios. Pretendo reseñar en esta nota los innumerables momentos apasionantes que su lectura ha dejado en mi ánimo.

No sé si es una novela histórica, una biografía o un ensayo sobre la mujer y su lucha por alcanzar el puesto que le corresponde en la sociedad. 

Ha llamado la atención el estilo de la autora al configurar el relato como una alternancia entre el momento actual en que Noelia y Lola nos narran el inicio de su investigación sobre María Lejárraga y la época en que María desarrolló su vida y su trabajo. Los saltos en el tiempo se dan con una naturalidad que no interrumpen en absoluto el desarrollo del relato.

La parte que relata la investigación de Noelia y Lola sobre la figura de María me parece que encuadran en una novela histórica escrita con un estilo apasionado y que me ha provocado diversas emociones por conocer el resultado final y con esa intriga la he leído.

La parte que hace referencia a la vida de María y su marido junto con la magnífica descripción del ambiente cultural y político de la época y los diversos avatares por los que han ido atravesando me parece una biografía escrita por la propia María. Esta parte está tan magistralmente descrita que te sientes como un participante más de las numerosas tertulias y foros en que los protagonistas participan 

Y por último quiero ver también un ensayo en las páginas en que se nos describe la vida de una mujer absolutamente olvidada por la historia después de haber sido la autora en parte y coautora, en otra parte, de un gran número de obras literarias en las que el único que aparece es su marido Gregorio Martínez Sierra. Es también la lucha de una mujer por conseguir sacar adelante sus reivindicaciones artísticas, sociales y políticas incluyendo su derecho al voto y su participación en la vida política en igualdad de oportunidades con el hombre.

Todo esto descrito con un lenguaje sumamente rico, preciso y ágil que nos lleva a leer sus más de seiscientas páginas sin apenas cansancio y manteniendo la emoción hasta el final.

Quiero destacar como momentos, que me han impactado sus reuniones con Juan Ramón Jiménez, al principio de la obra, cargadas de poesía y admiración mutuas, admiración que se mantendrá hasta el final de sus vidas. La estancia en París donde coinciden con Falla, Debussy, Turina, Colette…. Cómo no recordar, además, la visita a la Alhambra acompañando a Manuel de Falla mientras él componía el Amor Brujo con la inspiración que le provocaba María. Igualmente su visita a Marruecos haciendo de musa para Joaquín Turina y provocando en el músico la creación de sus mejores páginas.

Quiero hacer referencia también a la fuerte emoción contenida en la descripción de su participación en el Lyceum Club y su relación con Carmen de Burgos, Colombine, Zenobia Camprubi, Victoria Kent, Margarita Nelken, Clara Campoamor… La narración de la proclamación de la Republica el 14 de abril de 1931 y su peregrinación hacia la Puerta del Sol con todo el pueblo de Madrid en celebración.

En fin, he disfrutado mucho con la obra y además me ha hecho reflexionar sobre la belleza de la creación literaria, poética y musical y, como no, con la lucha sin fin de esta mujer por conseguir que sus méritos fueran considerados en igualdad de derechos con su marido en la autoría de la obra literaria y reconocido su importante papel como miembro activo de una sociedad dominada por el protagonismo del hombre frente a la mujer.

Nota: Escuchando en casa un vinilo con el tema, entre otros, del Amor Brujo de Falla he observado que ponía en la funda del disco: Libreto de Gregorio Martínez Sierra. Me he permitido añadir a mano “y María Lejárraga” Espero que estas correcciones no sean necesarias en el futuro.