El Libro del Camino. Etapa 7: Villalcázar de Sirga – Carrión de los Condes

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El Libro del Camino. Etapa 7: Villalcázar de Sirga – Carrión de los Condes

Lunes 14 de Mayo de 2018

Nos levantábamos a la hora de siempre, desayunábamos a la hora de siempre, pero hoy todo no era como siempre. Volvíamos. Era verdad que aún teníamos que visitar dos lugares emblemáticos del Camino de Santiago, pero ya estábamos haciendo las maletas del regreso.

Llegamos a Villálcazar de Sirga y contemplamos la enorme Colegiata de Santa María la Blanca. Es una Iglesia fortaleza iniciada por la Orden del Temple en el S.XI, se terminó de construir en el Siglo XVI con lo que no hay un estilo concreto, pero es majestuosa. Lo que más me gustó es que tiene un doble frontón, que en el de arriba destaca el Pantocrátor y en el de abajo la Virgen con el niño, ambos de estilo gótico.

Villálcazar de Sirga es pequeño, no llega a los 200 habitantes tiene un mesón que en la puerta tiene una escultura de hierro que representa a un peregrino comiendo y descansando. Obviamente todos nos hicimos una foto con el peregrino.  Muy vinculado a esta población estuvo Alfonso X El Sabio que se inspiró en esta virgen para escribir sus Cántigas a Santa María. También su hijo Sancho IV de Castilla, que venía en peregrinación por Semana Santa para hacer sus penitencias.

Salimos para el segundo destino del día, Carrión de los Condes. Aquí al ser una población más grande y cruce de caminos hay más gente, más ambientillo de peregrinos y de carrioneses con sus quehaceres cotidianos. Lo primero que vemos es la iglesia de Santa María del Camino. Aunque se construyó como se informa en la puerta, entre 1250 y 1300, hay muchos estilos en ella. Hay como se verá en las fotos hasta un arco de yesería mozárabe. El retablo es barroco como en muchas de las iglesias que hemos visto en el Camino pero a mi me gustaron especialmente dos cosas: La imagen gótica de la virgen que da nombre a la iglesia y el Cristo del Amparo cuyos brazos forman una Y griega y que dicen los lugareños que en el S. XIV les salvó de la peste. Este Cristo lo trajo un peregrino desde Renania y la verdad es bastante original.

Llegamos a la plaza y a un ladito se ve el pórtico de la iglesia de Santiago. Tiene un friso que me dicen que es la mayor joya del románico en España. Y puede que sea verdad, está muy bien conservado e impresiona al mirarlo y descubrir sus mensajes. En el centro está El Señor rodeado de ángeles. Abajo en la arquivolta los hombres y sus oficios. Como tiene que ser.

En Carrión de los Condes nació Iñigo López de Mendoza, Marqués de Santillana, inventor de las Serranillas, versos de arte menor que narran los encuentros amorosos de las mujeres castellanas de la sierra. Encima de una puerta hay un cartel donde nos indica que allí nació tan ilustre poeta.

Caminando bajamos a la orilla del rio Carrión y paseamos por sus orillas donde había unos sauces llorones inmensos. Al cruzar el puente llegamos al Monasterio de San Zoilo, hoy convertido en hotel. En la fachada el santo nos mira con un libro en la mano. Dicen que en la biblioteca hay más del 6000 volúmenes que tratan sobre camino jacobeo.

Nos vamos a comer. Hoy será nuestra última comida juntos. Tenemos cocido y se agradece. Desde que llegamos a Burgos hace frío y aunque hoy el día parece más templado, una buena sopa nos dará la vida. Brindamos porque el año que viene estemos bien y podamos terminar el camino iniciado.

En el autobús de regreso un poquito de siesta y al pasar Somosierra nos damos cuenta de verdad de que el Camino de Santiago está a punto de terminar para nosotros. Agradecemos a los guías su buen trabajo, ya que nos han tutelado sin que notemos que lo hacían, nos han ayudado y nos han dado caprichos que agradecemos, como el de llevarnos a cenar a Logroño sin que estuviera en el programa o el de acercarnos a ver las esclusas del Canal de Castilla, un paraje muy bonito, que tampoco estaba en el programa. Mercedes y yo agradecemos a todos el habernos acompañado en tan maravilloso viaje.

¡Hemos tenido un Buen Camino!

Palmira Guerrero